Con un inmenso dolor mi muchachito,
te despido hasta nuestro próximo encuentro,
no naciste de mi, pero siempre me llamaste Madre
y esa palabra fue dulce melodía para mi corazón.
El ser supremo sabe cuanto te he amado
y estuve a tu lado siempre que me necesitaste.
Ahora dejas en mi vida un profundo vacío,
Ahora dejas en mi vida un profundo vacío,
y sólo podré soportarlo para continuar viviendo
con el recuerdo de todo lo que vivimos juntos,
Tus sonrisas,tus abrazos, lo celoso que eras conmigo,
Los lugares en que vivimos inmensas alegrías, tristezas
y carencias que superamos porque nos teníamos el uno al otro.
Hoy te entrego a los brazos de nuestro padre celestial,
ya nunca estarás sólo mi niño,
allá seguramente salió a tu encuentro
nuestro padre terrenal y nuestra bella hermana,
Te amo hijo, sin duda desde el cielo ahora te toca cuidarme
porque aquí en la tierra todavía tengo a quien prodigar cariño,
porque aquí en la tierra todavía tengo a quien prodigar cariño,
a mis dos hijos,a tu sobrinito que viene en camino,
a nuestra madrecita y al esposo que me escogiste con tus bromas.
Segura estoy que en el cielo naciste de nuevo como una estrella
que brillará para mi y me hará sentir tu presencia.
Hasta siempre vida mía,descansa en paz.
D.R. Elizabeth Alejandra Castillo Martinez-Liaazhny.